En días de la Semana Santa visité dos exposiciones, Flor Garduño, Trilogía y Espectrografías, Memoria e Historia en la primera expuesta en el Museo San Idelfonso y la segunda en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, quisiera comentar de la primera, de la segunda ya daré mi punto de vista en su momento.
Mi interés personal es de nuevas propuestas visuales, me encanta aquellas que me puedan aportar información, involucrarme con la obra y en pocos palabras gozarla en todos los sentidos.
Hay algunas exposiciones o autores que no son de mi interés, pero consideró importante visitar la exposición para tratar de comprender que es lo qué sucede detrás de las imágenes y sobre todo la manera de cómo circulan estas. Es decir, desde su difusión y promoción.
Tal el caso del trabajo de Flor Garduño, recordaba su trabajo de hace algunos años: Los rumbos del tiempo, aquellas imágenes pictorialistas donde el indígena era rodeado con una majestuosidad romántica y bucólica en un paisaje espectacular. En esta ocasión, no fue la excepción, dividida en tres partes, la muestra es una recopilación de su trabajo. Impresiones de gran formato, blanco y negro, la autora, nos muestra sus clásicas imágenes, su mujer con iguanas, campesinos, algunos desnudos y fotografías de objetos.
Debo de confesar que no me logre involucrar, tal vez por que de alguna manera ya conocía el discurso y su propuesta, algunas de sus fotografía me llegaron a llamar la atención, pero no logre gozarlas. Me atrevo a decir, que la manera en como circulan sus imágenes y su efectividad, es por ser exóticas, majestuosas, hasta cierto punto “bonitas”, sin embargo a mi me fascina descubrir lo que no se ve en la fotografía, aquellas que me hacen pensar y reflexionar, pero sobre todo imaginar.
