La semana pasada
asistí al 3er festival internacional de teatro de papel. La experiencia
fue única y maravillosa. La historia comenzó hace mucho tiempo, más omenos desde que empecé con mis talleres de
teatro de sombras para niños.
Busqué por todos lados espectáculos parecidos al siglo XIX, llegue después de horas en Internet al perfil del Facebook de Alejandro Benítez
director de la compañía Facto Teatro y un gran promotor de
Teatro de papel en México.
El Teatro de papel debe sus orígenes
en la época victoriana, aquellas grandes representaciones, fondos, actores y
vestuario fueron reproducidos en miniatura y en papel para ser llevados a casa como parte
de un recuerdo y del entretenimiento cotidiano de aquella época.
Con un afán de aprender más sobre la técnica, fisgoneé en su
perfil y fotos, para darme cuenta que impartía cursos y talleres. El cuál una
vez que lo contacté me inscribí en el mes de marzo en su taller.
Mi cuento “En
busca del Unicornio perdido” paso a dar un giro
inesperado, pues de comenzar con precarios dibujos y una historia que no tenía
ni pies ni cabeza. Los personajes tuvieron cuerpo y vida. Con paisajes y
fondos pintados y dibujados con mis pocos conocimientos pero con mi gran
corazón.
El día de la presentación
final del taller, una maleta fue mi escenario y mis amigos me acompañaron,
Romualdo, Rosa Blanca y Rosa Azul, así como el hombre bala y las señoritas
cebras.
Al conocer a Alejandro también conocí sobre el Tercer
festival y decidida a vivir la experiencia, asistí a casi todas las presentaciones.
Con una estupenda organización, sedes como la Biblioteca
de la Ciudad de México, Biblioteca Vasconcelos, el Foro a poco no entre otras acogieron este maravilloso mundo de imaginación y fantasía.
Compañias como Volpinex de Francia con su presentación multimedia de
la divertida y única Bella durmiente del
bosque, versión burda primavera-verano 1979 o la erótica y ecxitante Ensueño Romano de la compañía Little
blue moon de theatre de Estados Unidos, Duraznos color de Duraznos de Teatro Facto
con una coproducción México-Alemania hicieron un deleite imaginativo en cada presentación.
Este encuentro me inspiró para seguir trabajando con mi historia y
espero muy pronto poder compartirla y hacer muchas presentaciones de mi cuento.
Hasta la próxima entrega.