La historia
es la siguiente: veinte años atrás, tenía 19 años, era joven e idealista. Creía
en cambiar el mundo, pero primero tenía que entender mi vida. Fue uno de los periodos más difíciles, mi padre había enloquecido al extremo y era violento. Además no sabía que
hacer con mi vida, fui rechazada en todas las escuelas en donde apliqué para
ingresar a la universidad. Pero como nada
ocurre por casualidad encontré un lugar para refugiarme, un grupo de
teatro en una casa de cultura al sur de la Ciudad.
Una vez que
ingrese al taller de teatro, todo cambio, fueron uno de los mejores años de mi vida,
ahí me olvidé de todos mis
problemas, jugaba a que podía ser otra persona.
Ahí fue donde
lo conocí, él tenía 23 años, era atractivo, con una personalidad enigmática y
encantadora. Era el líder del grupo. Durante ese año tuve mis primeros
acercamientos el arte, con el
resto de mis amigos de teatro íbamos a museos e inauguraciones, obras de teatro y conciertos e interminables visitas a cafés
y bares. En esa época la mayor parte de la actividad cultural se desarrollaba
en la zona sur para mi el trayecto era un tour interminable e intrépido. Ese
periodo significo una época de cambios, empecé a tomar decisiones sobre lo que
quería hacer y comencé con mi primera cámara réflex a fotografiar lo que creía
que podría funcionar como una buena imagen.
Él era un
tipo divertido, cortés e inteligente,
me encantaba su forma de ser, lo
último que recuerdo fue un viaje que hicimos todos juntos a la playa de
Zipolite. Fue el primer viaje que realizaba sola que hice con mis amigos, me divertí tanto
que lo recuerdo como si fuera ayer.
A los pocos
meses fui aceptada en la escuela de Periodismo Carlos Septién García, deje al
grupo y regresé a estudiar. Cada quien tomo su camino.
Se acercaba
una década más de mi vida, cuando recibí una llamada de invitación a dar un
taller y una charla en San Luis Potosí.
Era un martes, después de clase, debía de ir
a la sala del Museo Federico Silva, donde
ofrecería una ponencia sobre mi proceso creativo y mi trabajo
fotográfico.
Al finalizar
la charla mi sorpresa fue muy grande, entre los asistentes estaba él, lo reconocí
después de tanto tiempo. Él se me
acercó y entonces fue uno de los
encuentros más maravillosos que he tenido. Nuestro encuentro fue un abrazo
lleno de emoción y alegría. Teníamos tanto que platicar decidimos ir a tomar
algo y ponernos al corriente.
Esa noche
fue mágica, estaba feliz de volverlo a ver, era él. No lo podía creer.
Tomamos una cerveza y mezcal en la cantina El
progreso, platicamos y reímos como nunca, al final me llevo a mi hotel, nos
besamos por un rato y quedamos de vernos al día siguiente.
Lo que
sucedió después fue la idílica historia de amor y durante tres días puedo decir
que fue la luna de miel.
Sus palabras
siempre eran las que yo quería escuchar: -Tendríamos una historia-, -Estaremos
juntos-, -Quiero una relación y formar una familia-
El recuerdo
era tan vigente, que me deje envolver como si fuera ayer.
Tres semanas
después lo recibí en mi casa, creía que íbamos a convivir lo suficiente para
reforzar la relación que teníamos. Sin embargo poco a poco se mostró tal cual
es.
En algunas
ocasiones no entendía porque me decía con insistencia frases tales como: -Mis amigas de tu edad, están
desesperadas, son egoístas al
final, no entienden que para entrar en una relación deben de dejar de mirarse
ellas-
-Me he
salvado de mis antiguas novias, siguen igual, además todas se han querido casar
conmigo-
Me dí cuenta
poco a poco como se estaba alejando de mi, pero nunca estuvo cerca, solo fue
una simulación.
Entonces
comenzó su extraño comportamiento,
primero empezó a mentir y cuando le llegaba a preguntar porque lo hacía, inmediatamente reaccionada de modo
defensivo y cambiaba la historia
de lo sucedido.
Lejos de un
amor y de sentir mariposas en el estomago, me encontraba angustiada y
confundida. ¿Quién era realmente la persona con la que deseaba estar?.
Empecé a cuestionarlo y a
cuestionarme. Él me argumentaba
hasta el cansancio que podíamos estar juntos, creía en ello, coincidíamos en muchos puntos de creación.
Así y bajo
la premisa de hacer proyectos juntos lo invité a dar un taller conmigo. En dicho
taller se ganaría un porcentaje considerable. En un principio no fue lo que yo
esperaba, pero poco a poco fue tomando mi ritmo y logramos sacar los talleres
juntos. Sin embargo, cualquier
error que yo tuviera era objeto de reclamación. Me cuestionaba cosas que ni siquiera habían pasado por mi cabeza. “Me
hablaba de Arte social, el arte para todos”
-Solo hablas
de ti, solo piensas en ti, eres una egoísta-
Quizá este afán
de querer comprenderlo todo. Como en mis fotografías me gusta
armar un complejo rompecabezas, la
circunstancias me van colocando las piezas y solo trato de unirlas, darle sentido y significado a cada
evento que me sucede.
Sin embargo hay
cosas que no se pueden negociar en ninguna relación, en nuestro último
encuentro me llego a empujar y amenazar, a lo que le dije –Ten cuidado con lo
que haces, soy una mujer capaz de defenderme por mi misma-
¿Cuándo
cambio?, ¿Qué fue lo que paso? No tenía ni la menor idea, en un principio
parecía sincero y generoso. Se volvió mezquino, grosero, manipulador y violento.
Y entonces
el Unicornio cambio, poco a poco su cuerno fue desapareciendo.
Creí que
lo había encontrado, esta vez solo me
confundí, solo era un simple caballito de feria.
Queridos
amigos gracias por acompañarme en mis aventuras e historias, prometo compartir
más. Les deseo un muy feliz año
2014!!!