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domingo, 16 de junio de 2013

Mi relación de Amor-Odio con Los Angeles.

Bajo ciertas condiciones me he llegado a  sentir confundida, incierta e insegura. Tengo la manía de buscar respuestas, dar significado,   entender y ordenar todo lo que pasa a mi alrededor. Tal vez esta manía me da cierta seguridad.
He aprendido a escuchar mi cuerpo, algunas veces sin aparente causa me da migraña, me salen ronchas, me da diarrea o me estriño. Sé que todo es emocional y energético.
Esta búsqueda me lleva de repente a salir e ir a otra parte, solo sé que necesito irme, regresé a Los Angeles, a una ciudad que me recibe y me enseña de manera única.
Mis primero días fueron increíbles, pues estuve en la feria de fotografía Paris Photo, gracias a la Galería  Patricia Conde.  Mis fotografías estuvieron exhibidas en su stand. No podía sentir más satisfacción y felicidad.  La feria se realizo en los Estudios Paramount, me sentí  pavorreal paseándome en los sets, viendo galerías y fotografías.
Me sentía enamorada, única e invencible, pero el romance terminó, pues la feria acabó.
Por propia decisión me quede un mes más sin tener la remota idea para qué.
Las primeras dos semanas las odié, padecí el cambio de dólar, la comida  me sabía horrible, odiaba el calor y siempre que llegaba  a algún lado en bicicleta estaba empapada de sudor, pues la ciudad no es plana y hacía mucho esfuerzo por subir y bajar sus empinadas calles.
Las fotografías que empecé a realizar no me gustaban y para colmo  el novio me corto vía Facebook.
Buscaba un puente en el cual me pudiera aventar, me imaginaba las noticia en los periódicos en México, en la sección  cultural –Joven artista fotógrafa muere en la Ciudad de los Angeles- sabía que iba a alcanzar la fama y sobre todo la inmortalidad. Eso me daba cierta paz y regocijo. Pero por cobarde y por muchas otras razones no me atreví, eso sí, me salieron muchas ronchas y durante un par de días no deje de rascarme.
Me decía a mí misma, necesito tiempo y estar todavía más lejos,  pensaba en una isla desierta o el oriente, en un lugar donde nadie me entendiera y me pudiera perder.
Seguía pensando el por qué me pasaban estás cosas a mí? Pero de manera mágica poco a poco todo fue encontrando su lugar.
Me tenía que ir para encontrarme, para regresar segura de mí misma, mi trabajo, mi casa, mi estudio y mis relaciones con los demás.
Algunos paisanos que me llegaba a encontrar me decían, -no te vayas-, -que no te gusta Los Angeles?-. -Me fascina-, pero yo tengo que irme, mi corazón esta en el México.
Ahora  en mi estudio en el Centro del Distrito Federal, escribo estas palabras y estoy tan contenta de haber regresado,  me encantan mis  últimas fotografías, mi casa, mi estudio, mis talleres, mi familia, mis amigos y sobre el novio, simplemente no era para mí.
Estoy bien y llena de energía. No puedo decir que mi confusión, incertidumbre e inseguridad hayan terminado, pero ya me cansé de pensar tanto, de buscar y rebuscar, cuando lo único que tengo que hacer es generar lo que más me gusta y necesito.
Nos vemos en la próxima entrega y les dejo algunas imágenes que realicé en mi estancia en Los Angeles.