Bajo ciertas condiciones me he llegado a sentir confundida, incierta
e insegura. Tengo la manía de buscar respuestas, dar significado, entender y ordenar todo lo que pasa a mi
alrededor. Tal vez esta manía me da cierta seguridad.
He aprendido a escuchar mi cuerpo, algunas veces sin
aparente causa me da migraña, me salen ronchas, me da diarrea o me estriño. Sé
que todo es emocional y energético.
Esta búsqueda me lleva de repente a salir e ir a otra parte,
solo sé que necesito irme, regresé a Los Angeles, a una ciudad que me recibe y
me enseña de manera única.
Mis primero días fueron increíbles, pues estuve en la feria
de fotografía Paris Photo, gracias a
la Galería Patricia
Conde. Mis fotografías estuvieron
exhibidas en su stand. No podía sentir más satisfacción y felicidad. La feria se realizo en los Estudios
Paramount, me sentí pavorreal paseándome
en los sets, viendo galerías y fotografías.
Me sentía enamorada, única e invencible, pero el romance
terminó, pues la feria acabó.
Por propia decisión me quede un mes más sin tener la remota
idea para qué.
Las primeras dos semanas las odié, padecí el cambio de
dólar, la comida me sabía horrible,
odiaba el calor y siempre que llegaba a
algún lado en bicicleta estaba empapada de sudor, pues la ciudad no es plana y
hacía mucho esfuerzo por subir y bajar sus empinadas calles.
Las fotografías que empecé a realizar no me gustaban y para
colmo el novio me corto vía Facebook.
Buscaba un puente en el cual me pudiera aventar, me imaginaba
las noticia en los periódicos en México, en la sección cultural –Joven artista fotógrafa muere en la
Ciudad de los Angeles- sabía que iba a alcanzar la fama y sobre todo la
inmortalidad. Eso me daba cierta paz y regocijo. Pero por cobarde y por muchas
otras razones no me atreví, eso sí, me salieron muchas ronchas y durante un par
de días no deje de rascarme.
Me decía a mí misma, necesito tiempo y estar todavía más
lejos, pensaba en una isla desierta o el
oriente, en un lugar donde nadie me entendiera y me pudiera perder.
Seguía pensando el por qué me pasaban estás cosas a mí? Pero
de manera mágica poco a poco todo fue encontrando su lugar.
Me tenía que ir para encontrarme, para regresar segura de mí
misma, mi trabajo, mi casa, mi estudio y mis relaciones con los demás.
Algunos paisanos que me llegaba a encontrar me decían, -no
te vayas-, -que no te gusta Los Angeles?-. -Me fascina-, pero yo tengo que
irme, mi corazón esta en el México.
Ahora en mi estudio
en el Centro del Distrito Federal, escribo estas palabras y estoy tan contenta
de haber regresado, me encantan mis últimas fotografías, mi casa, mi estudio, mis
talleres, mi familia, mis amigos y sobre el novio, simplemente no era para mí.
Estoy bien y llena de energía. No puedo decir que mi confusión,
incertidumbre e inseguridad hayan terminado, pero ya me cansé de pensar tanto,
de buscar y rebuscar, cuando lo único que tengo que hacer es generar lo que más
me gusta y necesito.
Nos vemos en la próxima entrega y les dejo algunas imágenes
que realicé en mi estancia en Los Angeles.