Por el simple placer de picarme los ojos

El año pasado trabajé como nunca, me sentía cansada y abrumada. Quería tiempo para pensar en mis nuevos proyectos y en mi vida. Necesitaba mirar para otro lado y tal vez no pensar tanto en fotografía, pero para mí es imposible. Soy el colmo del fotógrafo, pues tengo nombre de cámara. Decidí que era tiempo de vivir nuevas experiencias y retos. Me enfoqué en nuevos talleres y descubrí el maravilloso mundo escénico, así encontré en el Teatro nuevas maneras de narrar y de enfrentarme al espectador. Pude ver casi todas las obras del tercer festival internacional de teatro de papel y hasta tome un taller el cuál me hizo ver lo mucho que me falta para tener buena técnica teatral. También he visto algunas obras en el Centro Cultural del Bosque, como Viaje a la Luna o Un propósito claro, todas me han generado nuevas formas de percibir y visualizar mi propio trabajo fotográfico. Parece que siempre debemos ser eficientes y exitosos, pero a veces no es así, el proceso creativo necesita tiempo y sobre todo inspiración y cuando uno cree que se agotan todas las posibilidades es importante mirar hacía tras y ver todo lo que hemos logrado y visualizar lo que nos falta. Un día normal en mi vida, es de locos. Desde muy temprano entreno de box y pesas, para después dedicarle un rato a las redes sociales y correos. Al medio día voy a mi estudio donde nunca termina el trabajo. Por si querían saber en que proyecto estoy, pues en ninguno, creo que por ahora me pico los ojos (es una forma de decir que uno no hace nada) pero en realidad es una gran mentira, sigo trabajando, resuelvo piezas y trabajo en mis bocetos, pero por ahora me tomo un tiempo, solo para disfrutar algunas cosas que había pasado por largo, como el Teatro. Pronto regresaré con nuevas ideas y proyectos.